
Relieves de la Cancelleria
Detrás de las figuras, un paisaje se extiende por los tres paneles del tríptico. Las verdes colinas y los caminos que discurren entre ellas se han identificado con la ondulada campiña de los alrededores de Lovaina. La brillantez de la luz y de los colores con los que se representa la naturaleza es tan extraordinaria que se tiene la impresión de que se trata del primer ejercicio de pintura al aire libre. Bouts era un maestro del paisajismo, como ya sabía su contemporáneo Johannus Molanus. Incluso un tema tan brutal como el destripamiento de Erasmo, cuando se envuelve en la luz etérea de Bouts, se reviste de cierta tranquilidad. La naturaleza ya no es un decorado artificial, un telón de fondo teatral evidentemente falso, como aparece en la pintura italiana del siglo XV, sino una atmósfera representada hasta el más mínimo detalle, en la que se ha prestado gran atención a cada matiz de color.
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El Martirio de San Erasmo es la primera obra pública de Nicolas Poussin en Roma, adonde el pintor francés había llegado en 1624. Pintado para el altar del transepto derecho de la basílica de San Pedro en el que se conservan las reliquias del Santo, el cuadro permaneció allí hasta el siglo XVIII, cuando fue sustituido por una copia en mosaico y trasladado al palacio pontificio del Quirinal. Llevado a París en 1797 a raíz del Tratado de Tolentino, tras su regreso pasó a formar parte de la Pinacoteca Vaticana de Pío VII (1820).
El retablo, cuyo encargo inicial se hizo a Pietro da Cortona, pasó en 1628 a Poussin, quien lo terminó al año siguiente, siguiendo los bocetos preparatorios ya realizados por Cortona.
El pintor retrata al mártir en primer plano, a un sacerdote que indica la estatua de Hércules (el ídolo pagano que Erasmo se había negado a adorar y por ello sufrió el martirio en la plaza pública), a un soldado romano a caballo encargado de la ejecución, al verdugo que extrae los intestinos enrollándolos alrededor de un cabrestante marinero, a un fragmento de arquitectura clásica y a ángeles que descienden hacia la víctima trayendo la palma y la corona, símbolos del martirio. Esta composición se convirtió en un verdadero prototipo para las posteriores representaciones de episodios de martirio y Valentín también se inspiró en ella para su Martirio de San Processo y San Martiniano pintado para un altar cercano en San Pedro.
Venus felix
Hoy My Daily Art Display se fija de nuevo en un artista que muchos consideran el más grande pintor francés y el líder e inspirador dominante de la tradición clásica en la pintura francesa. Su nombre es Nicolas Poussin.
Poussin nació en 1594 en Les Andelys, pequeña ciudad de Normandía, en el seno de una familia campesina noble pero empobrecida. En su juventud estudió latín, lo que tendría gran influencia en sus futuras obras de arte. Al final de su adolescencia conoció a un artista, Quentin Vartin, que había llegado a Les Andelys para realizar un encargo eclesiástico. Fue entonces cuando Poussin mostró al artista visitante algunos de sus trabajos artísticos y éste accedió a dar clases de arte al joven. En 1612, Poussin abandonó Les Andelys y se trasladó a París, donde estudió arte en los talleres del retratista flamenco Ferdinand Elle y del pintor francés George Lallemand. El arte francés y la forma en que se enseñaba y aprendía a los jóvenes aspirantes a artistas aún no habían cambiado y el aprendizaje con artistas consagrados seguía siendo la única manera de que los jóvenes aprendieran a ser pintores. Pronto cambiaría la situación en Francia, cuando la formación académica de los artistas emergentes suplantaría este antiguo sistema. No fue hasta 1648 cuando el cardenal Mazarino fundó la Académie royale de peinture et de sculpture. El propósito de esta academia era profesionalizar a los artistas que trabajaban para la corte francesa y darles un sello de aprobación.
Última comunión de san jerónimo
El Martirio de San Erasmo de Dieric Bouts es, además de La Última Cena, una segunda obra del artista en la iglesia de San Pedro de Lovaina. Se sabe que la Cofradía del Santísimo Sacramento era ciertamente propietaria de la obra en 1535. Se desconoce si habían dado la orden de realizarla. El tríptico fue realizado probablemente hacia 1464, lo que lo hace más antiguo que La Última Cena.
En el tríptico se representa el suplicio de San Erasmo. Era el patrón de los patrones y, en los Países Bajos en particular, de los marinos del Báltico. Su atributo era el cabrestante, un torno en el que se enrollaban las cadenas del ancla.
El historiador Johan Huizinga utiliza el término “dermwinderken” para el tríptico de Erasmo, porque el panel central muestra cómo, según la leyenda, los intestinos de san Erasmo fueron extraídos de su cuerpo con la ayuda de un molinete. Como consecuencia, a partir del siglo XV se le llamaba también contra las enfermedades estomacales. Erasmo se somete a este acto sin mostrar emoción alguna; los verdugos cumplen su cometido con seriedad y el emperador Diocleciano y sus tres acompañantes, que asisten al acto, parecen estar en estado meditativo al igual que los santos de los paneles laterales[1].