
Masca tenerife
Contenidos
A pesar de su tamaño, Icod de los Vinos se convirtió en uno de los núcleos más importantes de Tenerife tras la conquista de la isla por Alonso Fernández de Lugo. A lo largo del recorrido te contaremos muchas curiosidades sobre su historia.
Pasearemos por el casco antiguo de Icod de los Vinos, contemplando la iglesia Matriz de San Marcos, el ex convento de San Francisco y la Casa Museo Emeterio Gutiérrez Albelo, entre otros muchos puntos de interés. También desvelaremos algunos detalles de la cultura del municipio, como las Tablas de Icod, una de sus grandes fiestas.
Seguiremos descubriendo el rico legado histórico, patrimonial y artístico de la localidad visitando la Casa del Inquisidor, la Plaza de la Pila y la Calle de San Agustín. Por último, no podíamos despedirnos de Icod de los Vinos sin hablar del drago milenario, uno de los emblemas de Tenerife.
Cueva del viento
El principal reclamo para la fama de Icod de los Vinos es, por supuesto, El Drago, pero hablaremos de ello más adelante. La ciudad fue una de las primeras en establecerse tras la conquista española de 1496. Hoy en día, es una comunidad animada y bulliciosa, con buenas tiendas, algunos lugares de interés e incluso una playa decente.
Este enorme árbol, uno de los monumentos más famosos de Icod y de Tenerife, está situado cerca de la plaza de Lorenzo Cáceres. Aunque se dice que tiene más de 1.000 años (de ahí su nombre completo, El Drago Milenario), en realidad sólo lleva en pie unos 500 años. Es posible dar una vuelta en minitren por la ciudad y llegar hasta el pequeño parque que alberga el drago. El precio es de 3 euros.El Mariposario del DragoEs un jardín tropical cercano al Drago que alberga cientos de especies exóticas de mariposas que vuelan libremente entre los visitantes.La entrada cuesta unos 5 euros.Cueva del VientoSe trata de un laberinto de túneles subterráneos formados por la actividad volcánica de la isla. Con más de 15 kilómetros de longitud, es el túnel volcánico más largo del mundo.
El tiempo en Icod de los vinos
Icod de los Vinos es conocido por su Drago Milenario, un enorme árbol y atracción turística. El árbol tiene más de 800 años y es objeto de leyendas que le fascinarán. Sin embargo, es sólo una de las muchas cosas interesantes que hacer en este pueblo, que es uno de los lugares más importantes que ver en el norte de Tenerife.
Enclavado a la sombra del Teide, Icod de los Vinos es un pueblo histórico y tierra de guanches donde podrá pasear por una bonita plaza y por calles empedradas. Aquí podrá degustar la deliciosa cocina canaria, conocer la tradición platanera de la isla y visitar uno de los tubos volcánicos más largos del mundo.
Cuenta la leyenda que el drago está relacionado con un antiguo dragón de 100 cabezas, y en el Parque del Drago podrá contemplar el drago vivo más antiguo del mundo. El Drago Milenario de Icod de los Vinos es un monumento nacional y uno de los mayores símbolos de las Islas Canarias.
Con más de 800 años, el drago de Icod de los Vinos es una atracción legendaria. Además, está muy bien cuidado: mide 18 metros de altura y 66 de circunferencia. También merece la pena visitar el hermoso jardín botánico de 2,5 hectáreas donde se encuentra el árbol.
Tenerife gran canaria o lanzarote
Situada en el norte de la isla de Tenerife, Icod de los Vinos es una localidad marcada por su relación con el campo y la agricultura. Famosa por sus afamados vinos, en el siglo XVI albergó también un importante ingenio azucarero. Parcialmente destruida por un incendio en 1798, fue reconstruida cuidando al máximo sus espacios verdes. El casco antiguo se articula en torno a la iglesia mayor de San Marcos, las plazas de Lorenzo Cáceres y la Pila y el convento de San Francisco.
Un paseo por Icod de los Vinos no está completo sin una visita al famoso drago milenario. Se trata de una especie vegetal única en Canarias y otras islas de la Macaronesia, cuya edad se estima en unos ochocientos años. Pueblo histórico de arquitectura tradicional, en Icod de los Vinos podrá degustar un guiso de conejo con papas canarias, acompañado de un buen vino tinto de la tierra. De postre, los tradicionales bizcochos, pasteles y rosquetes.